10.7.09

Semillas

LAS SEMILLAS

Todas las semillas en general suelen ser resistentes, están concebidas para mantener la especie a la cual pertenecen y por más que estas hayan sido maltratadas, la naturaleza luchara por sobrevivir. ¿A qué nos referimos con este preámbulo?, que muchas veces nos toparemos con semillas con mal aspecto que para todo cultivo de precisión deberán ser descartadas.
Cabe mencionar que que para que un cultivo merezca la pena hay que conseguir semillas buenas, semillas de calidad.



El principal enemigo de las semillas es la humedad. En un ambiente perfectamente seco mantienen su vitalidad incluso durante tres años y no se ven afectadas por el calor si no supera los 37 grados. Si la atmósfera en que se encuentren es húmeda esta temperatura desciende a los 30 grados.

La mayoría de los cultivadores usan un recipiente herméticamente cerrado, como el que utilizan los fotógrafos para guardar sus películas, y lo mantienen a una temperatura constante de 25 grados aproximadamente. Tampoco es aconsejable guardar grandes cantidades de semillas juntas pues podrían calentarse.




El aspecto exterior proporciona un buen número de indicaciones sobre el estado de salud de la semilla:
  • La semilla vital es bien lisa por fuera y nada rugosa.
  • Tiene un color gris claro, gris verdoso o gris pardo.
  • Se pone lustrosa si se la frota con las manos.
  • Si una vez abiertas expelen un olor como de aceite rancio, seguramente son demasiado viejas.
  • Si por dentro presentan un color negro es seguro que han fermentado y no germinarán jamás.
  • Si el interior es blancuzco y polvoriento no son muy viejas y aún pueden germinar, pero las plantas que broten serán débiles.

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